martes, 18 de julio de 2017

EL SEÑORÍO DE CHILLÓN: Tierras de frontera, lugar de disputas y motivo de alianzas familiares.



EL SEÑORÍO DE CHILLÓN: Tierras de frontera, lugar de disputas y motivo de alianzas familiares.

En este pequeño trabajo pretendemos llevar a cabo un recorrido, estudio y síntesis por el pasado del señorío de Chillón, desde su reconquista a los musulmanes que estas tierras moraban y explotaban hasta finalizar con la casa ducal de los Medinaceli a fines del siglo XVIII. Por medio de este trabajo nos aproximaremos a otro pedacito de la historia de esta villa y de aquellos señores que la poseyeron en su poder y jurisdicción. 



A mediado del siglo XII Chillón será reconquistado por Alfonso VII, desplazando la frontera cristiano-musulmana más al sur, pasando posteriormente por donación de Alfonso VIII Chillón a la Orden de Calatrava y al conde Nuño Pérez de Lara en 1168 (pro multis et magnis obsequiis que uos, comos Nunio, michi actenus deuotissime ac fidelissime exibuistis.)[1]. Don Nuño y la orden debían poseer a medias tanto Chillón como las minas de Almaden[2]. Pero estos lugares estaban todavía en alerta y bajo la amenaza de las huestes infieles, de modo que Chillón se convirtió como hoy en día en un buen enclave fronterizo y vigilancia permanente.

            Corría el año 1195 cuando se produjo una de las grandes batallas como fue la de Alarcos, provocando consigo la caída de estas tierras de nuevo en manos de los almohades que vinieron en socorro de los musulmanes. Pero será en 1212, con la victoria cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa, cuando de nuevo se produzca un revés y el entorno de Chillón vuelva a manos cristianas definitivamente en 1227 de manos de Fernando III “El Santo”. El próximo objetivo de las huestes cristinas era la toma de la ciudad califal, cabeza del dominio islámico en la Península Ibérica desde el 711, de modo que Fernando III en 1236 puso marcha hacia el sur desde León, pero en lugar de cruzar por Chillón decidió bajar por Ciudad Rodrigo, Medellín, Benquerencia y llegar al valle los Pedroches, territorios que están en manos islámicas como se conoce por la Primera Crónica General. El mismo monarca llego a  puertas del castillo de Benquerencia, donde el alcaide musulmán al enterarse salió a entregarle vino, carne y cebada, el cual lo recibió muy agradecido y pidió el castillo al alcaide, éste respondió: “ Tu uas agora a ganar cordoua; et fasta que tu ayas acabado aquello, non te cunple este catiello; mas desque lo acabares, yo te dare el castiello et te seruire con quanto he[3].

            Una vez tomada Córdoba por Fernando III “El Santo” en 1236 empezó la organización jurisdiccional de la ciudad y aquellos núcleos del norte poniendo distinción entre castillos y villas. El castillo de Capilla será entregado a la Orden del Temple, pero será en 1243 cuando se incorpore a Córdoba las villas de Gahete (Belalcázar), Pedroche, y los castillos de Obejo, Santa Eufemia, Mochuelos, Almodóvar y Chillón, pero en este último hace una importante matización donde mantiene lo establecido por su abuelo Alfonso VIII dejando las minas de Cinabrio en manos de la Orden de Calatrava. Chillón trajo muchas discrepancias al tratarse de una villa entre  esta orden militar y el concejo de Córdoba, lo cual el monarca se ve obligado a una permuta donde se debate entre el concejo y la orden, pero en 1249 Fernando III conforma a la orden y sus maestres la mina de Chillón, es decir, la de Almadén, siendo ratificado por Alfonso X en 1254[4]. Chillón será una villa dependiente del concejo de Córdoba hasta 1344 cuando pase a constituirse como un señorío que durará parte de la Edad Media y toda la Edad Moderna.

            Pero una mención especial se debe hacer a la existencia en las proximidades de Chillón, cuyo nombre islámico era Hins Harum, que en castellano hace referencia al castillo de Aznaharón, estando en una posición de gran importancia en la vigilancia de las comunicaciones a orillas del rio Valdeazogue. Un asentamiento encastillado semiabandonado en lo alto de una pequeña meseta en los peñones y difícil acceso (los peñones junto al puente de hierro). Tuvo cierta problemática sobre la propiedad de dicho castillo, quizás fuese propiedad de alguna familia hasta que se incorpore a Bernardo de Cabrera y al señorío de Chillón, como se ha mantenido por los siglos.

            En cambio Chillón no parece tener presencia señorial, ya que era dependiente del concejo de Córdoba, pero terminará pasando de realengo a  señorío con Bernardo de Cabrera en 1344, produciéndose tras la muerte de Fernán González, último señor de la Casa de Aguilar de la Frontera en la campaña del Estrecho, dejando como heredero al vizconde Bernardo de Cabrera, gran colaborador de Alfonso XI en Algeciras enviado desde Aragón por Pedro IV de Aragón[5]. De modo que Bernardo de Cabrera será señor de Chillón y Aznaharón desde 1344, conseguirá la autorización del monarca para llevar a cabo la constitución del mayorazgo dejando así los derechos a su hijo segundo, Bernardo de cabrera “el joven”, que tomará posesión en 1347 de dicho título, con la condición que a su muerte si no tiene descendencia pasará a su hermano, pero todos los planes se ven trastocados tras la muerte en 1349 de Ponce, hermano mayor de Bernardo “el joven”, siendo llamado a ocupar el vizcondado de los señoríos catalanes, donde son originaría esta familia.

            Chillón como señorío de los Cabrera tuvo un final muy complejo, Castilla entro en una fuerte Guerra Civil (1351-1369) entre Pedro I y Enrique Trastámara por el trono de Castilla. Tras la muerte del primogénito de la Casa Cabrera en 1349, el estallido de la Guerra Civil y el rey Pedro estaba pasando a la Corona buena parte de los señoríos y provocando una fuerte caída a la nobleza, será la causa de la venta del señorío de Chillón a Juan Alfonso de Alburquerque, siendo ya señor en 1354. A la muerte de Juan Alfonso de Alburquerque, Enrique de Trastámara da la merced a su hermano Sancho el título de conde y todos los señoríos que poseía Juan Alfonso de Alburquerque, entre los que esta Chillón, pero Sancho no llegara ni a tomar posesión de Chillón ni presenciarse en la citada villa y tras recibir autorización regia puso el señorío de Chillón en venta.

El 23 de septiembre de 1370 se concederá carta de venta de Chillón y el castillo de Aznaharon a Don Diego Fernández de Córdoba, II alcaide de los Donceles, e Inés Martínez de Castro, su mujer, por 6.000 doblas de oro cruzadas. “[…] yo el dicho don Aparisçio Martines tengo del dicho mío Señor Conde don Sancho, otorgo que vendo a vos Diego Ferrández, alguacil mayor de la muy noble ciudad de Córdoua por el dicho señor rey, que estades presente e a Ynés Martinez, vuestra mujer, que es absente, vecinos que sodes en la collaçión de Sant Nicolás de la villa de la dicha cibdad la villa que dicen la Puebla de Chillón con el castillo Hasnaharón e con todos sus términos e con todas sus torres e castillos e fortalezas alto e baxo e quanto en estos dichos logares de la Puebla de Chillón e Asnaharón […], me otorgo de vos por bien pagado e por bien entregado a toda mi voluntad e seruiçio que en ningunt tiempo non pueda desir que estas dichas seys mil doblas de oro crusadas castellanas […]”[6].

       En cuanto al origen del título alcaide de los Donceles nos remontamos a tiempos del monarca Alfonso XI, nieto de Sancho IV, creando un cargo honorífico y militar para Alfonso Fernández de Córdoba, señor de Cañete. De este primer alcaide de los Donceles, nacería el señorío de Chillón y el marquesado de Comares, que con el paso de tiempo, las alianzas de familias y sangre terminará emparentando con la casa ducal de los Medinaceli. Los donceles era una guardia palatina de los reyes castellanos en la Baja Edad Media, formada por jóvenes nobles que se criaban en la corte a favor del rey y constituían luego una escolta, escogida y afectada, que estaba dirigida por un jefe o capitán que recibe el nombre de alcaide de los Donceles[7]. La reina Isabel “La Católica” se dirigió a Diego Fernández de Córdoba, a principios del siglo XVI, declarando que en las competencias del alcaide de los Donceles está la de encabezar la vanguardia del ejército en presencia del rey, cuando éste saliera de campaña, señalar el lugar donde debería asentarse el real, organizar las guardias del mismo, tomar el mando durante el tiempo que durase el campamento y autorizar a las huestes las incursiones contra los enemigos[8]. Desde sus inicios este título quedo vinculado a la casa Fernández de Córdoba, después se añadirá el marquesado de Comares.

            El marquesado de Comares como ya hemos indicado está compuesto por los señoríos de Espejo, Lucena y Chillón. Pero centrándonos en el señorío de Chillón debemos hacer mención a la existencia de la casa-palacio de los marqueses de Comares en la aldea de Los Palacios de Guadalmez, obra del arquitecto italiano Antonio Averlino “Filarete”, arquitecto, escultor y broncista (Florencia 1400 – Roma 1469)[9]. El mecenas que ordenó el levantamiento de este espectacular palacio no está claro si fue Martín Fernández de Córdoba o su hijo el I marqués de Comares. La fecha de construcción abarcaría desde finales del siglo XV y principio del XVI, en 1596 el III marqués de Comares lo amplio. Este esplendoroso palacio sufrirá una gran destrucción en el siglo XVIII, un incendio dejando intacto tan solo el lado derecho que será vendido a la familia Caballero de la Bastida, pasando a continuación a la Casa del Conde de la Torres de Arce[10].

            Referente a la demografía con la que contó la villa de Chillón, la cual es difícil conocer con exactitud debido a la falta de existencia de más registros de población. Pero el que nos interesa para este estudio, ya que estamos enmarcando este trabajo en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, es el padrón realizado en el año 1525 que se conserva en el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Hay que tener en consideración que un Padrón es un documento fiscal y con ese fin fue elaborado. Dicho padrón de la villa de Chillón recoge, tal como se puede comprobar, unas 790 unidades fiscales efectivas, pero no podemos considerarlo efectivo ya que se realizan ciertas omisiones. Debemos de aplicar el coeficiente que, según otros trabajos sobre regiones aledañas en el siglo XVI, es el más idóneo. Nos debemos de inclinar por un coeficiente de 4, nos mostraría una primera conclusión que la mencionada villa de Chillón contaba a final del primer cuarto de siglo XVI con una población que cabría situarla en torno a los 3.160 habitantes[11]. Hay que entender que no es lo mismo hablar de vecinos/unidades fiscales que hablar de habitantes. Los cabezas de familias son aquellos 790 que aparecen recogidos en el padrón debiendo hacer frente a los impuestos y tributos, y los 3.160 habitantes son todos aquellos restantes que se encuentran bajo la tutela del cabeza de familia, como son: hijos/as, esposas, sobrinos, huérfanos, enfermos, etc… Las 790 unidades fiscales están compuestas por: 589 varones, 148 viudas, 34 doncellas (solteras) y 19 menores[12].
            Finalmente, los Fernández de Córdoba poseerán este señorío desde la venta realizada en 1370 hasta fines del siglo XVIII, de modo que Chillón será heredado de padres a hijos dentro de la misma familia durante cinco siglos, perdurará gracias a las políticas matrimoniales que le permitieron entroncar con grandes casa y familias, como Doña Catalina Antonia de Aragón Folc de Cardona y Córdoba, VII marquesa de Comares, casó en 1653 con Don Juan Francisco de la Cerda, VIII duque de Medinaceli. El señorío llega a su fin cuando Don Luis María Fernández de Córdoba y Gonzaga, XII marqués de Comares y XIII duque de Medinaceli lo conceda a la Corona a fines del XVIII.
                             



[1] Sánchez de Mora, A.: La nobleza castellana en la plena edad media: el linaje de Lara, Universidad de Sevilla, 2006, p. 158.
[2] Cabrera Muñoz, E.: “El señorío de Chillón. De Bernardo de Cabrera a Sancho de Alburquerque”, Revista Meridies, IX, 2011, pp. 19-68.
[3] Primera Crónica General. Ed. Gredos, Madrid, p.731.
[4] Cabrera Muñoz, E.: “El señorío de Chillón. De Bernardo de Cabrera a Sancho de Alburquerque”, Revista Meridies, IX, 2011, pp. 23.
[5] Id., p. 28.
[6] ADM, Comares, Leg. 22-42.
[7] Fernández Olmo, J.: Marqués de Comares, Alcaide de los Donceles, señor de Espejo, Lucena y Chillón, Málaga, 2004, p. 16.
[8] Id. p. 17.
[9] Véase: Biografías y vidas, Filarete Antonio Averulino,  http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/filarete.htm, 20/04/2015.
[10]   Fernández Olmo, J.: Marqués de Comares, Alcaide de los Donceles, señor de Espejo, Lucena y Chillón, Málaga, 2004, p. 19.
[11] Villegas Díaz, L.R., Mendoza Garrido, J.M.: La villa de Chillón en el transito a la modernidad, Instituto de Estudios Manchegos, CSIC, C. Real, 1991, pp. 30-31.
[12] Id. p. 40.
 

2 comentarios:

  1. Me ha interesado realmente tu blog y por muchos motivos. Bien documentado y muy interesante.
    Te enlazo para no perderte.
    saludos

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    1. Muchas gracias. Espero que le sean interesantes las lecturas. Un saludo.

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