lunes, 31 de julio de 2017

NUESTRA SEÑORA DEL CASTILLO: PATRONA EN LA VILLA DE CHILLÓN.

NUESTRA SEÑORA DEL CASTILLO: PATRONA EN LA VILLA DE CHILLÓN

                   En estos párrafos me quiero centrar en realizar una pequeña descripción y síntesis de una de las piezas claves del patrimonio histórico artístico de Chillón, así como devocionario de gran cantidad de personas fieles y devotas de la imagen de la virgen del Castillo, patrona de la villa de Chillón desde el siglo XII. Aproximándose estas fechas de Agosto, se comienzan a contar los días que quedan para producirse uno de los momentos más importantes para el pueblo de Chillón, como es la entrada en el pueblo de la patrona procedente de su ermita en el castillo hasta su iglesia parroquial de San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos. Pero yo en estas líneas me centraré en mostrar un poquito de la historia de dicha imagen, que tan gran devoción e importancia tiene para sus habitantes.


            Durante el proceso de la Reconquista cristiana, en estas tierras se produjeron una serie de acontecimientos de gran relevancia que marcaran un precedente de lo que años más tarde será la toma de la ciudad Califal (Córdoba) de la mano de Fernando III “El Santo”. Chillón con su castillo enclavado en lo alto de una sierra próxima a Sierra Morena siendo el punto de unión, estratégico y de vigilancia de las regiones de Extremadura, Al- Ándalus (Andalucía) y Castilla (cristiana). Será un lugar de gran importancia en la Reconquista debido a su posición.

            En punto alto de la sierra sur de la villa de Chillón, se alzaba un castillo musulmán que tenía vigilancia del tránsito hacia el sur peninsular y Córdoba. Era el año 1155 cuando se produjo de la mano del rey Alfonso VII la toma del castillo de Chillón a los musulmanes y el traslado de su frontera cristiano-musulmán más al sur. Tomado este  castillo, al igual que algunos de sus alrededores, desde los cuales se tiene visión y vigilancia entre ambos como son el de Capilla, Puebla de Alcocer (Extremadura) y Santa Eufemia (Andalucía), así como el castillo que las crónicas citan de Aznaharón situado en una sierra próxima al río Valdeazogue.

            Alfonso VII tras Reconquistar estas tierras y ocupar su castillo, cuentan las crónicas que trajo consigo la imagen de la virgen del Castillo la cual es venerada desde entonces en ese mismo lugar, donde años más tarde terminó erigiéndose su propia ermita. Pero este avance cristiano terminó siendo un retroceso cuando los almohades retomaron estos lugares, llegando incluso a Alarcos (1195). Con la toma del castillo de Chillón, la historia nos habla de la orden del monarca de resguardar la imagen en una cueva próxima al castillo, donde permaneció oculta. Años más tarde el monarca Fernando III “El Santo” llevará definitivamente la Reconquista de estos lugares, sus habitantes y su castillo en 1227, años antes de su obra maestra que será la toma de Córdoba.

            La leyenda popular, sobre la virgen del Castillo, que a lo largo de los siglos (en el pueblo de Chillón) se ha ido trasmitiendo de generación en generación es la siguiente: “En un crepúsculo vespertino, apacible y luminoso, un pastor que por entre aquellos riscos apacentaba su ganado, creyendo se trataba de una cabra descarriada del rebaño, rápido, movió su honda y disparó certera pedrada al bulto que vislumbrara. El pobre pastor quedose desvaído y al reponerse de nuevo vio con asombro que lo que el creyera se una cabra no era tal sino una imagen de Nuestra Señora, quien, milagrosamente, permitió que desde entonces su nacarado rostro llevase impresa la huella amoratada del golpe.

Entre pena y dolor, tras recoger su ganado, dirigiéndose veloz a la villa a narrar lo ocurrido. El asombro se apoderó de todos. Incrédulos unos, gozosos otros, todos corrieron por la empinada cuesta hasta llegar al castillo y dirigiéndose a la cueva, pudieron comprobar que el pastor había sido veraz. Allí estaba la imagen de la Virgen, que en adelante había de ser la Divina Pastora de nuestras tierras.

Bajándola al pueblo, obsequiáronla, ofreciéndole su amor; pero…al día siguiente la imagen no estaba. Buscaron la temerosos hasta que al fin volvieron a encontrarla de nuevo en la misma cueva del castillo (así ocurrió varias veces). Por lo que todos los vecinos comprendieron el designio divino de que Nuestra Señora del Castillo quería reinar sobre aquellas tierras desde lo alto de la sierra, en el mismo lugar de su aparición. Por esto, nuestro antepasados construyeron dentro del murado reciento la ermita donde hasta hoy se venera”[1].

            En estas líneas hemos podido conocer la historia y leyenda que rodea a la figura e imagen de la patrona de Chillón, Nuestra Señora del Castillo, que se venera con gran fervor desde su descubrimiento y llegada  a estas tierras. Su ermita está situada dentro del antiguo castillo, donde se encuentra la imagen durante todo el año hasta que es bajada a la villa el 12 de agosto de cada año permaneciendo aquí en el pueblo durante unos meses. Posteriormente vuelve a ser subida el primer domingo de Octubre. La virgen del Castillo es una pequeña talla Románica del siglo XII, de gran valor histórico-artístico y devocionario para los vecinos de la villa de Chillón, siendo considerada la joya de la corona de este pequeño municipio ciudadrealeño. Esta talla del Románico, durante siglos, se veneraba en su estado original y sin vestiduras ni mantos, será con la llegada de la corte de los Borbones cuando entre en España la moda de vestir las imágenes de las vírgenes y santos con ricos mantos, bordados y joyas. Tradición que se mantiene hasta la actualidad, pues incluso la imagen de la virgen del castillo aparece vestida con ricos mantos bordados en oro, joyas y coronas de gran valor, aunque en ciertas ocasiones la virgen es presentada mostrando su rica talla Románica del siglo XII. 









[1] De la Cruz Martínez, J.M: “CHILLÓN, policromía de mi pueblo”, Ed. Ayunt. Chillón, 1993.

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