EL CLERO DE LA VILLA DE CHILLÓN EN EL SIGLO XVIII
En este pequeño estudio realizaré un
breve recorrido por la composición del estamento eclesiástico que disponía la
villa de Chillón en el siglo XVIII. Al igual que en todas las villas y ciudades
de la Monarquía Hispánica se contaba con una jerarquía eclesiástica y una
estructuración de dicha institución bien consolidada, que también se muestra en
estos lugares. En estos párrafos pasaré a exponer la composición de los
miembros que conformaron tal estamento en un periodo concreto de la historia de
la villa de Chillón como es el año 1751,
cuando se realizó el Catastro de Ensenada, fuente documental principal de la
que se basa este trabajo.
En el ámbito eclesiástico, el número
de clérigos dedicados a la vida religiosa son doce clérigos representado en el
2,12% de los vecinos de Chillón, entre los que están siete presbíteros y cinco
capellanes. Los nombres de dichos presbíteros que están en la villa de Chillón,
ya que no indica que ninguno resida en su pedanía de Los Palacios de Guadalmez,
son: don Juan Feliz Jijón Astorga, don Matheo de Ortega Tirado, don Francisco
Antonio de Montes, don Diego Antonio
García Torralva, don Manuel Mariano de los Reyes, don Juan Joseph Caballero y
don Francisco Monrroy Portocarrero. En cuanto a los nombres de los capellanes
recogidos por el catastro son: don Lorenzo Antonio Pizarro, don Manuel
Francisco de la Bastida, don Pedro Perianes, don Gerónimo Luis Caballero y don
Rafael de la Bastida. Al contemplar los apellidos de dichos presbíteros y
capellanes podemos interpretar que se traten de unas determinadas familias y
mantengan ciertos lazos de parentescos entre ellos. Pero también dentro de
dicho estamento eclesiástico debemos hacer mención y presentar a las dos
comunidades religiosas que había en la villa de Chillón.
TABLA: MIEMBROS DEL CLERO
| ||
Nº
|
CARGO ECLESIÁSTICO
|
LUGAR
|
7
|
Sacerdotes
|
Villa de Chillón
|
5
|
Capellanes
|
Villa de Chillón
|
50
|
Monjes Franciscanos
|
Convento San Antonio de Padua (Extramuros)
|
14
|
Monjas Dominicas
|
Convento Dominicas Madre de Dios (Intramuros)
|
Fuente: Elaboración propia.
Una de estas comunidades se sitúa a
extramuros de la villa como era el convento de San Antonio de Padua que dista
cuatro leguas de la población, cuya comunidad era de franciscanos y estaba
compuesta por 50 religiosos de toda clase. La fundación del convento de San
Antonio de Padua del Orden del Seráfico P. San francisco, fundada por Fray Juan
de la Puebla, a extramuros de esta villa de Chillón. Por el año mil
cuatrocientos sobrevino la mano de Dios una plaga de pulgón y otros insectos
destruyendo principalmente las viñas, ante esta situación los vecinos afligidos
y compungidos de corazón sus pecados pidieron por mediación de San Antonio de
Padua el cese del castigo. Dando lugar a la fundación de una ermita a dicho
Santo entorno a lagares, viñas y un conjunto de casas, donde según los antiguos
llamaban la poblichuela, aprovechando la ermita que había estado sirviendo así de
iglesia para el convento, aunque años después sufrió remodelaciones,
ampliaciones y perfeccionándose por el año 1778. En el año 1514 fue solicitada
la fundación del convento por los regidos de la villa de Chillón y su vecino,
Almadén. Tal fundación trajo consigo la aprobación por medio de la Bula del
Sumo Pontífice León X, licencia del Obispo de Córdoba D. Juan de Fonseca. En el
año 1562 se tienen noticias que el convento atravesaba por una situación de
estrechez y pobreza de los religiosos que necesitaban ampliar el convento, será
D. Diego Fernández de Córdoba, III Marqués de Comares y VII Alcaide de los
Donceles el que lleve a cabo el ordenamiento de la reedificación del convento[1].
Tal convento se encuentra hoy en estado de ruina y en manos de propiedad privada
tras la desamortización que sufrió la Iglesia en el siglo XIX con Mendizábal.
Respecto al convento intramuros de las monjas dominicas en Chillón aprovechan la existente ermita de Santa María de Gracia, en 1523 Juan García de Obregón llevará a cabo la fundación de las religiosas Madre de Dios, pasando en 1526 esta ermita a beaterio y a ser un convento de la Sagrada Orden de Santo Domingo de Guzmán[2], desde el siglo XVI hasta el 20 de mayo de 1770 vivirán las monjas en Chillón, donde serán trasladadas a Almagro, debido al fuerte deterioro y ruina que acusan las monjas que estaban viviendo el convento, aunque fuentes documentales nos muestran que no era tan elevado el deterioro que aquejaban. Tras el abandono del convento por las religiosas se ordena la evacuación de una diligencia para tomar la providencia que corresponda en orden a que los patronos de la fundación de García Obregón, puedan o no nombrar personas que cuiden y administren los bienes del convento de Religiosas, después de trasladarse a Almagro[3]. Dicho convento además contó con un número muy reducido comparado con el masculino, pues en este convento de dominicas tan solo había catorce monjas.
Respecto al convento intramuros de las monjas dominicas en Chillón aprovechan la existente ermita de Santa María de Gracia, en 1523 Juan García de Obregón llevará a cabo la fundación de las religiosas Madre de Dios, pasando en 1526 esta ermita a beaterio y a ser un convento de la Sagrada Orden de Santo Domingo de Guzmán[2], desde el siglo XVI hasta el 20 de mayo de 1770 vivirán las monjas en Chillón, donde serán trasladadas a Almagro, debido al fuerte deterioro y ruina que acusan las monjas que estaban viviendo el convento, aunque fuentes documentales nos muestran que no era tan elevado el deterioro que aquejaban. Tras el abandono del convento por las religiosas se ordena la evacuación de una diligencia para tomar la providencia que corresponda en orden a que los patronos de la fundación de García Obregón, puedan o no nombrar personas que cuiden y administren los bienes del convento de Religiosas, después de trasladarse a Almagro[3]. Dicho convento además contó con un número muy reducido comparado con el masculino, pues en este convento de dominicas tan solo había catorce monjas.
Las fuentes documentales nos
determinan y describen la ubicación del convento de las monjas dominicas
intramuros de la villa, el cual se localiza casi al final de la calle mayor a
levante, linda a poniente a una callejuela que desde dicha calle mayor tira al
norte y sirve al paso de las procesiones que pasan a la calle del álamo; y a
levante con las casas últimas del sol de la calle mayor. Al mediodía, tenía la
puerta de la iglesia nueva a la calle mayor, frente a una plazuela o corrillo
llamado de las monjas que ocupa el terreno de la otra acera, del cual sale una
callejuela que tira al mediodía. La otra iglesia vieja también del convento, en
que antes de hacerse el convento se veneraba la imagen de Nuestra Señora con el
título de Gracia[4].
A
modo de conclusión podemos decir que en este pequeño trabajo hemos apreciado la fuerte presencia del clero en la
jerarquía social dentro de la villa de Chillón a mediados del siglo XVIII,
donde podemos apreciar una parte de clero secular, sacerdotes y capellanes, así
como un clero regular, con las comunidades de monjes franciscanos y monjas
dominicas, dichos conventos ubicados extramuros e intramuros, respectivamente.
Con este análisis quiero mostrar la gran importancia y trascendencia que tuvo
el clero en la sociedad del Antiguo Régimen, con un gran poder y prestigio
socio-económico, llegando a controlar buena parte de bienes y propiedades. Era
tal el poder y prestigio que era visto por las familias de la época como un
lugar para colocar a aquellos hijas e hijos, para poder ascender en la escala
social y mantener el estatus social de la familia con gran honor y honra.
[1] APCH, Libro de Bautismos, Nº2, fº 125v.
[2] Cruz Martínez, J. de la: Chillón, policromía…, p.
124.
[3] APCH, Leg. 8. B)
doc. Nº 23, fº 2r.
[4] APCH: Libro de Bautismo, Nº2, fº 220.
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