EL
SEÑORÍO DE CHILLÓN: Tierras de frontera, lugar de disputas y motivo de alianzas
familiares.
En
este pequeño trabajo pretendemos llevar a cabo un recorrido, estudio y síntesis
por el pasado del señorío de Chillón, desde su reconquista a los musulmanes que
estas tierras moraban y explotaban hasta finalizar con la casa ducal de los
Medinaceli a fines del siglo XVIII. Por medio de este trabajo nos aproximaremos a otro pedacito de la historia de esta villa y de aquellos señores que la poseyeron en su poder y jurisdicción.
Corría el año 1195 cuando se produjo
una de las grandes batallas como fue la de Alarcos, provocando consigo la caída
de estas tierras de nuevo en manos de los almohades que vinieron en socorro de
los musulmanes. Pero será en 1212, con la victoria cristiana en la Batalla de
las Navas de Tolosa, cuando de nuevo se produzca un revés y el entorno de
Chillón vuelva a manos cristianas definitivamente en 1227 de manos de Fernando
III “El Santo”. El próximo objetivo de las huestes cristinas era la toma de la
ciudad califal, cabeza del dominio islámico en la Península Ibérica desde el
711, de modo que Fernando III en 1236 puso marcha hacia el sur desde León, pero
en lugar de cruzar por Chillón decidió bajar por Ciudad Rodrigo, Medellín,
Benquerencia y llegar al valle los Pedroches, territorios que están en manos
islámicas como se conoce por la Primera
Crónica General. El mismo monarca llego a
puertas del castillo de Benquerencia, donde el alcaide musulmán al
enterarse salió a entregarle vino, carne y cebada, el cual lo recibió muy
agradecido y pidió el castillo al alcaide, éste respondió: “ Tu uas agora a ganar cordoua; et fasta que
tu ayas acabado aquello, non te cunple este catiello; mas desque lo acabares,
yo te dare el castiello et te seruire con quanto he”[3].
A mediado del siglo XII
Chillón será reconquistado por Alfonso VII, desplazando la frontera
cristiano-musulmana más al sur, pasando posteriormente por donación de Alfonso
VIII Chillón a la Orden de Calatrava y al conde Nuño Pérez de Lara en 1168 (pro multis et magnis obsequiis que uos, comos Nunio,
michi actenus deuotissime ac fidelissime exibuistis.)[1]. Don Nuño y la orden debían poseer a medias tanto
Chillón como las minas de Almaden[2]. Pero
estos lugares estaban todavía en alerta y bajo la amenaza de las huestes
infieles, de modo que Chillón se convirtió como hoy en día en un buen enclave
fronterizo y vigilancia permanente.
Una vez tomada Córdoba por Fernando
III “El Santo” en 1236 empezó la organización jurisdiccional de la ciudad y
aquellos núcleos del norte poniendo distinción entre castillos y villas. El
castillo de Capilla será entregado a la Orden del Temple, pero será en 1243
cuando se incorpore a Córdoba las villas de Gahete (Belalcázar), Pedroche, y
los castillos de Obejo, Santa Eufemia, Mochuelos, Almodóvar y Chillón, pero en
este último hace una importante matización donde mantiene lo establecido por su
abuelo Alfonso VIII dejando las minas de Cinabrio en manos de la Orden de
Calatrava. Chillón trajo muchas discrepancias al tratarse de una villa
entre esta orden militar y el concejo de
Córdoba, lo cual el monarca se ve obligado a una permuta donde se debate entre
el concejo y la orden, pero en 1249 Fernando III conforma a la orden y sus
maestres la mina de Chillón, es decir, la de Almadén, siendo ratificado por
Alfonso X en 1254[4].
Chillón será una villa dependiente del concejo de Córdoba hasta 1344 cuando
pase a constituirse como un señorío que durará parte de la Edad Media y toda la
Edad Moderna.
Pero una mención especial se debe
hacer a la existencia en las proximidades de Chillón, cuyo nombre islámico era
Hins Harum, que en castellano hace referencia al castillo de Aznaharón, estando
en una posición de gran importancia en la vigilancia de las comunicaciones a
orillas del rio Valdeazogue. Un asentamiento encastillado semiabandonado en lo
alto de una pequeña meseta en los peñones y difícil acceso (los peñones junto al
puente de hierro). Tuvo cierta problemática sobre la propiedad de dicho
castillo, quizás fuese propiedad de alguna familia hasta que se incorpore a
Bernardo de Cabrera y al señorío de Chillón, como se ha mantenido por los
siglos.
En cambio Chillón no parece tener
presencia señorial, ya que era dependiente del concejo de Córdoba, pero
terminará pasando de realengo a señorío
con Bernardo de Cabrera en 1344, produciéndose tras la muerte de Fernán
González, último señor de la Casa de Aguilar de la Frontera en la campaña del
Estrecho, dejando como heredero al vizconde Bernardo de Cabrera, gran
colaborador de Alfonso XI en Algeciras enviado desde Aragón por Pedro IV de
Aragón[5]. De modo
que Bernardo de Cabrera será señor de Chillón y Aznaharón desde 1344, conseguirá
la autorización del monarca para llevar a cabo la constitución del mayorazgo
dejando así los derechos a su hijo segundo, Bernardo de cabrera “el joven”, que
tomará posesión en 1347 de dicho título, con la condición que a su muerte si no
tiene descendencia pasará a su hermano, pero todos los planes se ven
trastocados tras la muerte en 1349 de Ponce, hermano mayor de Bernardo “el
joven”, siendo llamado a ocupar el vizcondado de los señoríos catalanes, donde
son originaría esta familia.
Chillón como señorío de los Cabrera
tuvo un final muy complejo, Castilla entro en una fuerte Guerra Civil
(1351-1369) entre Pedro I y Enrique Trastámara por el trono de Castilla. Tras
la muerte del primogénito de la Casa Cabrera en 1349, el estallido de la Guerra
Civil y el rey Pedro estaba pasando a la Corona buena parte de los señoríos y
provocando una fuerte caída a la nobleza, será la causa de la venta del señorío
de Chillón a Juan Alfonso de Alburquerque, siendo ya señor en 1354. A la muerte
de Juan Alfonso de Alburquerque, Enrique de Trastámara da la merced a su
hermano Sancho el título de conde y todos los señoríos que poseía Juan Alfonso
de Alburquerque, entre los que esta Chillón, pero Sancho no llegara ni a tomar
posesión de Chillón ni presenciarse en la citada villa y tras recibir
autorización regia puso el señorío de Chillón en venta.
El 23 de septiembre de 1370 se concederá carta de venta de
Chillón y el castillo de Aznaharon a Don Diego Fernández de Córdoba, II alcaide
de los Donceles, e Inés Martínez de Castro, su mujer, por 6.000 doblas de oro
cruzadas. “[…] yo el dicho don Aparisçio
Martines tengo del dicho mío Señor Conde don Sancho, otorgo que vendo a vos
Diego Ferrández, alguacil mayor de la muy noble ciudad de Córdoua por el dicho
señor rey, que estades presente e a Ynés Martinez, vuestra mujer, que es
absente, vecinos que sodes en la collaçión de Sant Nicolás de la villa de la
dicha cibdad la villa que dicen la Puebla de Chillón con el castillo Hasnaharón
e con todos sus términos e con todas sus torres e castillos e fortalezas alto e
baxo e quanto en estos dichos logares de la Puebla de Chillón e Asnaharón […],
me otorgo de vos por bien pagado e por bien entregado a toda mi voluntad e
seruiçio que en ningunt tiempo non pueda desir que estas dichas seys mil doblas
de oro crusadas castellanas […]”[6].
En cuanto al origen del título alcaide de los Donceles nos remontamos a
tiempos del monarca Alfonso XI, nieto de Sancho IV, creando un cargo honorífico
y militar para Alfonso Fernández de Córdoba, señor de Cañete. De este primer
alcaide de los Donceles, nacería el señorío de Chillón y el marquesado de
Comares, que con el paso de tiempo, las alianzas de familias y sangre terminará
emparentando con la casa ducal de los Medinaceli. Los donceles era una guardia
palatina de los reyes castellanos en la Baja Edad Media, formada por jóvenes nobles
que se criaban en la corte a favor del rey y constituían luego una escolta,
escogida y afectada, que estaba dirigida por un jefe o capitán que recibe el
nombre de alcaide de los Donceles[7]. La
reina Isabel “La Católica” se dirigió a Diego Fernández de Córdoba, a
principios del siglo XVI, declarando que en las competencias del alcaide de los
Donceles está la de encabezar la vanguardia del ejército en presencia del rey,
cuando éste saliera de campaña, señalar el lugar donde debería asentarse el
real, organizar las guardias del mismo, tomar el mando durante el tiempo que
durase el campamento y autorizar a las huestes las incursiones contra los
enemigos[8]. Desde
sus inicios este título quedo vinculado a la casa Fernández de Córdoba, después
se añadirá el marquesado de Comares.
El marquesado de Comares como ya
hemos indicado está compuesto por los señoríos de Espejo, Lucena y Chillón.
Pero centrándonos en el señorío de Chillón debemos hacer mención a la
existencia de la casa-palacio de los marqueses de Comares en la aldea de Los
Palacios de Guadalmez, obra del arquitecto italiano Antonio Averlino
“Filarete”, arquitecto, escultor y broncista (Florencia 1400 – Roma 1469)[9]. El
mecenas que ordenó el levantamiento de este espectacular palacio no está claro
si fue Martín Fernández de Córdoba o su hijo el I marqués de Comares. La fecha
de construcción abarcaría desde finales del siglo XV y principio del XVI, en
1596 el III marqués de Comares lo amplio. Este esplendoroso palacio sufrirá una
gran destrucción en el siglo XVIII, un incendio dejando intacto tan solo el
lado derecho que será vendido a la familia Caballero de la Bastida, pasando a
continuación a la Casa del Conde de la Torres de Arce[10].
Referente a la demografía con la que
contó la villa de Chillón, la cual es difícil conocer con exactitud debido a la
falta de existencia de más registros de población. Pero el que nos interesa
para este estudio, ya que estamos enmarcando este trabajo en el tránsito de la
Edad Media a la Edad Moderna, es el padrón realizado en el año 1525 que se
conserva en el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Hay que tener en
consideración que un Padrón es un documento fiscal y con ese fin fue elaborado.
Dicho padrón de la villa de Chillón recoge, tal como se puede comprobar, unas
790 unidades fiscales efectivas, pero no podemos considerarlo efectivo ya que
se realizan ciertas omisiones. Debemos de aplicar el coeficiente que, según
otros trabajos sobre regiones aledañas en el siglo XVI, es el más idóneo. Nos
debemos de inclinar por un coeficiente de 4, nos mostraría una primera
conclusión que la mencionada villa de Chillón contaba a final del primer cuarto
de siglo XVI con una población que cabría situarla en torno a los 3.160
habitantes[11].
Hay que entender que no es lo mismo hablar de vecinos/unidades fiscales que hablar
de habitantes. Los cabezas de familias son aquellos 790 que aparecen recogidos
en el padrón debiendo hacer frente a los impuestos y tributos, y los 3.160
habitantes son todos aquellos restantes que se encuentran bajo la tutela del
cabeza de familia, como son: hijos/as, esposas, sobrinos, huérfanos, enfermos,
etc… Las 790 unidades fiscales están compuestas por: 589 varones, 148 viudas,
34 doncellas (solteras) y 19 menores[12].
Finalmente, los Fernández de Córdoba
poseerán este señorío desde la venta realizada en 1370 hasta fines del siglo
XVIII, de modo que Chillón será heredado de padres a hijos dentro de la misma
familia durante cinco siglos, perdurará gracias a las políticas matrimoniales
que le permitieron entroncar con grandes casa y familias, como Doña Catalina
Antonia de Aragón Folc de Cardona y Córdoba, VII marquesa de Comares, casó en
1653 con Don Juan Francisco de la Cerda, VIII duque de Medinaceli. El señorío
llega a su fin cuando Don Luis María Fernández de Córdoba y Gonzaga, XII
marqués de Comares y XIII duque de Medinaceli lo conceda a la Corona a fines
del XVIII.


[1] Sánchez
de Mora, A.: La nobleza castellana en la
plena edad media: el linaje de Lara, Universidad de Sevilla, 2006, p. 158.
[2] Cabrera
Muñoz, E.: “El señorío de Chillón. De Bernardo de Cabrera a Sancho de
Alburquerque”, Revista Meridies, IX,
2011, pp. 19-68.
[3] Primera Crónica General. Ed. Gredos,
Madrid, p.731.
[4] Cabrera
Muñoz, E.: “El señorío de Chillón. De Bernardo de Cabrera a Sancho de
Alburquerque”, Revista Meridies, IX,
2011, pp. 23.
[5] Id., p.
28.
[6] ADM,
Comares, Leg. 22-42.
[7]
Fernández Olmo, J.: Marqués de Comares,
Alcaide de los Donceles, señor de Espejo, Lucena y Chillón, Málaga, 2004,
p. 16.
[8] Id. p. 17.
[9] Véase:
Biografías y vidas, Filarete Antonio Averulino,
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/filarete.htm,
20/04/2015.
[10] Fernández Olmo, J.: Marqués de Comares, Alcaide de los Donceles, señor de Espejo, Lucena y
Chillón, Málaga, 2004, p. 19.
[11]
Villegas Díaz, L.R., Mendoza Garrido, J.M.: La
villa de Chillón en el transito a la modernidad, Instituto de Estudios
Manchegos, CSIC, C. Real, 1991, pp. 30-31.
[12] Id. p. 40.
Me ha interesado realmente tu blog y por muchos motivos. Bien documentado y muy interesante.
ResponderEliminarTe enlazo para no perderte.
saludos
Muchas gracias. Espero que le sean interesantes las lecturas. Un saludo.
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