IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y SANTO DOMINGO DE SILOS
En
este pequeño artículo realizaremos una pequeña presentación y análisis de la
iglesia parroquial en la villa de Chillón, evocada a los santos: San Juan
Bautista y Santo Domingo de Silos, los cuales serán los patronos de nuestra
monumental iglesia. Construida en el siglo XVI adosada al castillo de los Donceles,
hecho que le da esa gran monumentalidad y fortaleza con su torre del homenaje
cuadrada, sobre la que se ha construido la espadaña donde se ubican las
campanas que llaman al culto religioso, haciendo por ello la clasificación como
un edificio de culto, así como los cuatro torreones circulares que se sitúan en
su muro absidial.
La iglesia de San Juan Bautista y
Santo Domingo de Silos la catalogamos dentro de dos importantes estilos
artísticos de los reinos cristianos en la península durante el fin de la Edad
Media y el tránsito a la Edad Moderna, como es el estilo Gótico y el Mudéjar,
ya que observando su interior podemos apreciar ciertas claras diferencias de
dichos estilos. Su cabecera de estilo Gótico, mientras que el cuerpo de las
naves se componen de estilo Mudéjar. Para su construcción se empleó materiales
como piedra, granito, ladrillo y madera, destinando cada uno según su función,
bien sea como elementos sustentantes (muros, pilares, arcos, columnas…) o como
elementos sostenidos (techumbres).
Compuesta
por una plata basilical de tres naves y tres ábsides en su cabecera, la nave
central “Camino de salvación” con
techumbre a dos aguas, más ancha y alta que las laterales, siendo la nave
derecha “Epístola” y la izquierda “Evangelio” más estrechas y a la misma
altura con vertiente a un agua, lo cual crea en el conjunto arquitectónico un
importante contraste o jerarquía de niveles. Referente a su fábrica (muros),
podemos apreciar cierto grosor y fortaleza, realizada en piedra, aprovechando
por ello aquellos elementos arquitectónicos del antiguo castillo de los
Donceles, como son partes de muros y la misma torre del homenaje de planta
cuadrada que será utilizada como campanario (construyéndose una espadaña en
ladrillo rojo en lo alto) y como baptisterio en su interior. El empleo de muros
gruesos y la poca abundancia de vanos/ventanas hacen una iluminación reducida
en su interior, creando por ello un cierto misticismo y un ambiente de
recogimiento y oración. Mientras en su fachada principal debemos resaltar que
se encuentra un rosetón u ojo de buey, el cual permite una mayor iluminación
hacia el altar mayor.
Como
hemos citado anteriormente, su planta es basilical de cruz latina con tres
naves, dividida en dos partes, ábside y transepto (Gótico) y cuerpo (Mudéjar), donde
podemos apreciar la parte gótica compuesta por tres bóvedas de crucería
estrellada, formada por nervios de piedras adosando a las columnas. Mientras
que su cuerpo, principalmente en su nave central, la techumbre que lo decora es
un rico artesonado mudéjar que se extiende todo lo largo de la nave central, desde
la puerta en el nártex hasta el presbiterio (altar), dicha nave se diferencia
de las laterales por medio de tres grandes arcos de medio punto realizados en
ladrillo rojo. Así como las tres puertas de acceso realizada en ladrillo rojo,
una en arco de medio punto ubicada en la base de la cruz latina (junto a la
torre-campanario) y las otra dos dan acceso a las naves laterales, siendo
destacable la puerta de orientación sur (nave de la Epístola) realizada en
ladrillo con forma apuntada.
Respecto
a su decoración podemos destacar que cuenta con gran austeridad, principalmente
en su exterior, donde se carece de rica decoración, ya que como hemos citado
tiene un origen defensivo y de fortificación. En su interior se alberga una de
las grandes joyas arquitectónica como es su enorme artesonado mudéjar,
elaborado en madera y ricamente policromado, pero que por desgracia el paso del
tiempo esa policromía se ha ido ocultando para los ojos del espectador. Bajo su
torre del homenaje se ubica el baptisterio, con una pila bautismal elaborada en
piedra con un pie octogonal, el cual tiene un significado iconográfico, siendo
una representación del tránsito del mundo terrenal al mundo celestial o
espiritual. En su muro sur se ubican importantes restos de pinturas al fresco,
donde se realiza por medio de casetones o cuadros la representación de la
pasión de Cristo, donde curiosamente podemos contemplar la representación de
dos escenas o acontecimientos dentro de un mismo escenario, por ejemplo: "Cristo crucificado y el descendimiento en una misma escena".
En
su cabecera o ábside central se alza el retablo mayor, compuesto por tres
pasillos, dos cuerpos en alturas y un ático, los cuales aparecen representados
con esculturas de la pasión y vida de Jesucristo, dichos retablos deben ser
leídas sus escenas en forma de “U”
invertida. Siendo representado en sus hornacinas de la calle izquierda las
siguientes escenas: “Oración en el huerto”
y “Prendimiento de Cristo”. Mientras
que ascendiendo al ático observamos: “Cristo
portando la cruz y la Verónica”, “El
calvario, Cristo crucificado” y “El
desprendimiento”. Descendiendo por la calle derecha contemplamos las
escenas: “La ascensión al cielo” y “La duda de Santo Tomás”. Pero no podemos
olvidar fijarnos en la calle central, la cual es la principal de los retablos,
coronada con la escena de “El calvario,
Cristo Crucificado” que forma parte del ático, comenzamos a bajar, donde se
ubica una representación en relieve: “La
última cena” y bajo ésta la hornacina que alberga a los patronos de la
iglesia, bajo una concha invertida “San
Juan bautista y Santo Domingo de Silos”. En su parte inferior de la calle
central se encontraba custodiado por dos ángeles el sagrario, lugar donde se
custodia la “sagrada forma” para la celebración de la eucaristía y el
presbiterio (sillón del sacerdote), desde donde ofrece la homilía. Actualmente,
el sagrario se encuentra ubicado en el ábside lateral izquierdo, por lo que el
altar mayor aparece presidido por una talla de la Inmaculada Concepción.
Pero
debemos resaltar que este no es retablo original de la iglesia, pues se realizó
a mitad de siglo XX. El retablo antiguo que se encontraba en la misma ubicación
fue destruido en su gran mayoría durante el conflicto de la Guerra Civil
española, tan solo apenas diez días antes de finalizar la contienda. Dicho
retablo estaba atribuido al imaginero de la escuela andaluza, cuyo máximo
representante era Juan Martínez Montañés, donde se encontraba el retablo mayor
de estilo Renacentista con cierto tránsito hacia el Barroco español. De éste se
conservan por suerte ciertas piezas que se encuentran en el museo parroquial,
entre las que se encuentran partes de escenas bíblica que decoraban el retablo,
así como partes del entablamento decorado por querubines, sobre el que se
situaba el ático (parte superior del retablo), donde se representa la pasión de
Cristo y el calvario, del cual por suerte podemos decir que la talla del Cristo
crucificado y la virgen que coronaba dicho retablo se conservan y expuestos en
las hornacinas laterales del ábside.
Este Cristo crucificado, cuya advocación era “Cristo de las Aguas”, fue sacado durante años en procesión por las
calles de la villa.
Para
ir cerrando este análisis y presentación de la iglesia de San Juan Bautista y
Santo Domingo de Silos, no quisiera irme sin mencionar brevemente uno de los
muchos lugares y rincones de gran patrimonio histórico y artístico que albergan
estos muros llenos de historia como es el “Museo Parroquial”, el cual alberga
piezas litúrgicas de gran valor histórico y artístico realizadas en plata,
procedente de grandes donaciones que se han ido haciendo a lo largo del tiempo,
destinadas para decorar la iglesia, imágenes de santos, la talla de la patrona
de la villa, Ntra. Sra. Del Castillo y reliquias de santos. Las donaciones se
han ido haciendo a lo largo del tiempo, pero debemos hacer mención que dichas
donaciones proceden en buena parte del Nuevo Mundo, de los territorios de Nueva
España, los cuales durante el gran imperio español de los Austrias se produjo
una importante exportación de dicho metal hacia Castilla. Quiero resaltar que
esta parte del museo parroquial ha sido una aproximación y presentación que
darán pie a estudios más minuciosos y detallados, lo cual es un tema de gran
interés.
Gran trabajo de investigación, y muy interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!Me alegra que te guste mis trabajo que publico, espero poder hacerlo mas frecuente. un saludo
EliminarMuchas gracias!!!me alegra que te guste los trabajos que publico. un saludo
ResponderEliminarBuenos días, interesante articulo, pero me va a permitir una corrección y unos apuntes. La hechura del retablo es bastante dudosa que sea de Martinez Montñes, las formas y barroquismo propios de este no esta presente en las imagenes del retablo, siendo más porbable otra atribución que leí de cuya fuente no me acuerdo, a Juan Bautista Vazquez el Vijeo, (bueno más bien a su talles), con un tratamiento más clasico e italianizante de las imagenes (la piedad del museo diocesano es claro ejemplo de esto) y viendo los retablos de Lucena y Espejo, ambos del mismo autor, y cuyo parecido es totalmente innegable. Por otra parte apuntar que las fabricas son de Hernan Ruiz I y III con documentos que atestiguan incluso la visita de estos.
ResponderEliminarUn cordial saludo, y me alegra volver a leer este interesante blog sobre nuestra Villa
Buenos días: Correcto, la atribución del retablo a Martinez Montañés es un poco dudosa, es mas bien del taller de un discípulo suyo, ya que se trata con mas clasicismo la imaginería. Y respecto a los arquitecto correcto, es la saga de arquitectos Hernán Ruíz, los que se centraron en construir la iglesia, al igual que fueron autores de muchas otras iglesias en la zona norte y campiña cordobesa, incluso formando parte de la construcción de la Catedral en la Mezquita de Córdoba. Un saludo
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